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RETRATO URBANO - PONIÉNDONOS EN "LOS ZAPATOS" DEL RETRATADO

Actualizado: 28 jul 2020


Más allá de una simple fotografía o tal vez por extraordinaria que resulte esta misma en temas de composición o el sentimiento que transmita, existe algo más detrás de la captura. Suele suceder, en los retratos que son tomados en calle a personajes que encontramos en nuestro recorrido, que muchas veces ellos pueden ser vistos o inconscientemente tratados como un atractivo más del lugar; con el simple hecho de mirarlo, fotografiarlo y retirare sin más; ¿existe en todos los fotógrafos un respeto por el retratado? ¿Le has preguntado al menos su nombre? ¿Cuál es el objetivo de tomarles una fotografía? ¿Por qué hacerlo como si fuesen objetos? ¡No son sólo una atracción, son seres humanos! Tienen sentimientos, emociones, acaso si nos toman un buen retrato, ¿no os gustaría verlo por lo menos, y aún más tenerlo?


Debemos siempre tener una delicadeza especial con la persona que retratamos, es significativo hacerlos sentir importantes, se vale preguntarles el nombre, pedir permiso para tomar la fotografía, acercarse a charlar, a compartir un poco de nuestro tiempo, a escuchar con atención las historias que tienen para trasmitirnos, a tener un amigo nuevo, a intercambiar sonrisas, esto no nos llenará los bolsillos de dinero, pero si nos enriquecerá espiritualmente, nuestro corazón y nuestra alma se expandirá un poco más; ¿y si todos hiciéramos esto? no solo los fotógrafos profesionales, todos aquellos que pasamos por su lado, muchas veces ignorando que están allí, o dándoles una moneda por un compromiso de conciencia, ¿no sería el mundo un lugar más afable, más compasivo, más lleno de buenos momentos? Nada perdemos con intentarlo. Sería ideal que no sólo pensáramos en hacer crecer nuestro portafolio fotográfico si no también en engrandecernos de las personas a las que retratamos.


Mi experiencia personal


Agradecida y bendecida me sentí por conocer a Don Fabio Guarín, personaje que alegra las calles de la Candelaria interpretando maravillosas melodías en su cello. Los sentimientos que transmite con su música son únicos, sobresale de una manera única en las calles históricas y coloniales de la ciudad; su apariencia es digna de los mejores retratos y luego de cruzar palabras con él, puedo percatarme que no sólo destaca su aptitud, si no su calidez como ser humano, es en ese instante donde conocer un breve resumen de su vida, él demuestra ser un libro abierto, una enciclopedia y sabiduría que fue obtenida de las ganas de aprender, del amor por el conocimiento, la cultura, las ganas de aprender por sí mismo y el orgullo que siente de haberlo logrado.


Es asombroso ver su sonrisa, su reconocimiento por la vida, por lo que hace, por fusionarse con su cello, hacerlo parte de él y vivir día tras día brindándonos su talento.

Siempre suelo editar mis fotografías con música y esta debe ser acorde al tema fotográfico que me encuentre desarrollando, y en este caso, acompañada de una playlist de acordes entre clásicos, modernos y contemporáneos donde al momento de revelar sus fotografías, literalmente forjaron que mi corazón latiese más fuerte, por ende, deduje que obviamente se debió a la experiencia que me llenó de gratitud al compartir tiempo con este gran hombre.


Es asombroso ver su sonrisa, su reconocimiento por la vida, por lo que hace, por fusionarse con su cello, hacerlo parte de él y vivir día tras día brindándonos su talento, ambientado las hermosas calles históricas de La Candelaria en el centro de Bogotá. Mi respeto y admiración por él y por todos aquellos artistas que hacen de nuestra ciudad un lugar más agradable, enérgico y lleno de alegría.

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